El protagonista:
Vincenzo Peruggia era un inmigrante italiano que trabajaba como carpintero en el Museo del Louvre. Aunque no tenía un gran conocimiento de arte, quedó fascinado por la Mona Lisa y su fama mundial.
El robo:
El 21 de agosto de 1911, Peruggia aprovechó un día de cierre del museo para llevar a cabo su audaz plan. Entró al museo antes del amanecer, vestido con el uniforme de un empleado, y descolgó la Mona Lisa de su marco. La escondió debajo de su abrigo y salió del museo como si nada.
El misterio:
Durante dos años, la desaparición de la Mona Lisa conmocionó al mundo. Se realizaron investigaciones exhaustivas, se interrogó a cientos de personas y se barajaron diversas teorías sobre el paradero de la pintura. Incluso artistas famosos como Pablo Picasso y Guillaume Apollinaire fueron considerados sospechosos.
El regreso:
En 1913, Peruggia, que estaba desesperado por vender la pintura, contactó a un comerciante de arte italiano. El comerciante, al reconocer la Mona Lisa, alertó a las autoridades. Peruggia fue arrestado y la pintura finalmente regresó al Louvre, donde se convirtió en una obra aún más famosa y protegida.
Motivos y legado:
Las motivaciones de Peruggia para robar la Mona Lisa siguen siendo un tema de debate. Algunos creen que era un simple ladrón motivado por el dinero. Otros afirman que era un patriota italiano que quería recuperar la obra de arte que había sido saqueada por Napoleón.
Sea cual sea la razón, el robo de la Mona Lisa por parte de Vincenzo Peruggia es una historia fascinante que ha capturado la imaginación del público durante más de un siglo.
Detalles curiosos:
Peruggia solo fue condenado a un año de prisión por el robo.
La Mona Lisa ahora se encuentra detrás de un cristal blindado y a prueba de balas en el Louvre.
Se estima que la Mona Lisa vale más de 800 millones de dólares.
Fuente: imparcial
