La bipolaridad se ha colocado como uno de los trastornos de la salud mental con mayor prevalencia en los últimos tiempos, esto debido a su diagnóstico cada vez más oportuno, así como el estudio más detallado de este padecimiento.
El Día Mundial del Trastorno Bipolar, recordado cada 30 de marzo, tiene como objetivo informar, así como retirar los estigmas sociales que rodean este padecimiento, así como educar a la población al respecto.
El especialista en enfermedades mentales, Eduardo Monteverde Maldonado, señaló que el trastorno bipolar en una enfermedad puede aparecer a cualquier edad, pero generalmente se diagnostica en la adolescencia o poco después de los 20 años.
“Afecta por igual a ambos sexos, con la excepción del tipo II, que se da con más frecuencia en el sexo femenino y se caracteriza por alteraciones en el estado de ánimo que van desde la depresión a episodios de manía”, sostuvo.
Es prudente añadir que existen dos tipos de bipolaridad, en el primero, los pacientes presentan episodios maniacos y depresivos de manera alternada o mixta y es por igual en hombres que en mujeres.
El tipo II se presenta en su mayoría en mujeres, se caracteriza por episodios hipomaniacos, es decir, el estado de exaltación supera el rango estándar, pero no es tan excesivo como un episodio maniaco.
La bipolaridad no tiene cura, por ello es necesario que los familiares y personas cercanas detecten los síntomas y acerquen al paciente con un profesional psiquiátrico, pues es necesaria la administración de medicamentos y terapia.
Asimismo, es pertinente mencionar que las personas que presentan este trastorno tienen un riesgo mayor de desarrollar ideaciones suicidas, así como abusar del consumo de alcohol o drogas, por lo que es necesario establecer un monitoreo de sus hábitos.
Monteverde Maldonado expuso que la enfermedad es causada por la etiopatogenia, una condición de origen biológico, fuertemente condicionado por alteraciones genéticas y neuroquímicas.
“Las teorías actuales establecen que la fisiopatología del trastorno incluye diversos tipos de alteraciones: neuroquímicas, genéticas, hormonales, neurofisiológicas, psicosociales y neuroanatómicas”, explicó.
No obstante, otra de las características clave detrás de la sospecha para detectar la bipolaridad es que, además de estos cambios en el estado de ánimo, se presentan cambios extremos en la actividad y niveles de energía.
Quienes lo padecen, pueden presentar episodios maniacos, los cuales consisten en exaltación, disminución en la necesidad del sueño, autoestima muy elevada, agitación, alta movilidad, sobre excitación, hostilidad y bajo control de temperamento e irritabilidad.
Asimismo, es frecuente la aparición de trastornos depresivos como la baja autoestima, abatimiento, desesperanza, minusvalía, sentimientos de culpa y problemas de sueño, concentración y alimentación.
De acuerdo con información publicada por la Secretaría de Salud, para que un paciente sea diagnosticado con Trastorno Afectivo Bipolar, debe presentar estas variaciones por lo menos por un periodo de dos semanas.
En México cerca del 1% de la población padece bipolaridad, condición que causa síntomas psicóticos, episodios depresivos de repetición o únicos, inestabilidad afectiva e intentos de suicidio, puntualizó.
Fuente: Alberto Maytorena | El Sol de Hermosillo