Después del sonado éxito del torneo de Fortnite organizado por El Pato de Lucas, el más revolucionario que institucional dirigente del PRI Sonora vuelve a la cargada, ahora convocando a los amantes de las emociones fuertes y el deporte extremo a cubrir la ruta Atrévete Sonora 2019, que básicamente consiste en poner a prueba los nervios y las condiciones de vehículos todo terreno a lo largo de varios kilómetros de accidentados caminos.
Esta competencia convoca a conductores de este tipo de vehículos para cubrir un circuito que comienza y termina en Ures, pasando por Pueblo de Álamos, Arroyo La Junta, Mazocahui y Puerta del Sol.
Si el torneo de Fortnite tuvo una participación de más de mil sonorenses, imagínense la cantidad de osados conductores que han tenido meses de intenso entrenamiento en ciudades como Hermosillo, Obregón, Navojoa, Guaymas y Nogales, por mencionar algunas de las que se encuentran convertidos en verdaderas rutas extremas, con toda clase de trampas mortales.
Ya en serio, las inscripciones están abiertas y tendrán un costo de 350 pesos por vehículo, lo que le dará al piloto derecho a una playera, pulsera de control y comida, además habrá rifas, calcas y sorpresas y estarán amenizando los gigantes de la cumbia norteña, Los Ases de Durango.
La invitación pues, está hecha. Uno esperaría que la oposición se aplicara en otros menesteres, pero si Ernesto Munro se la pasa tuiteando y el Güero Nieves organizando carnes asadas y corriendo maratones, pues por qué El Pato se iba a quedar abajo en esa nueva modalidad de oposición moralmente deportista.
III
Y a propósito de baches y sus consecuencias, el Ayuntamiento de Hermosillo anunció un programa emergente de pago por daños a neumáticos de vehículos cuyos propietarios acrediten que fueron consecuencia de haber caído en uno de los múltiples hoyancos que hay en las calles de la ciudad.
Claro, hay ciertos requisitos para hacerse acreedor a estos beneficios, entre ellos el estar al corriente en el pago de impuestos, multas y sanciones; predial, agua potable, licencia, tarjeta de circulación y placas vigentes. Con esto, obviamente quedan fuera del programa todos los vehículos de procedencia extranjera no legalizados. Tampoco aplica si el conductor se encuentra bajo los efectos del alcohol o sustancias ilegales.
El procedimiento para acceder a estos beneficios comenzaría con una llamada al 911 denunciando el hecho, solicitar el levantamiento de un reporte a Tránsito municipal y llamar al 6624 19 98 21, donde una persona se encargará de verificar el cumplimiento de los requisitos exigidos.
El programa, llamado “Porque cumples te cumplimos” deberá pasar antes por cabildo, donde habrán de discutirse y en su caso aprobarse la justificación y sobre todo la disponibilidad de presupuesto.
III
Nos reportan un éxito total en el primer Foro organizado por la CMIC sobre negocios y beneficios para la construcción celebrado ayer en Los Lagos, convocado y organizado por la presidenta de esa cámara empresarial, Ana Karina Maldonado, cuya inauguración corrió a cargo de la gobernadora Claudia Pavlovich y que contó con la presencia del dirigente nacional de los constructores, Eduardo Ramírez Leal.
Para nadie es un secreto que el sector de la construcción es uno de los que ha resentido las nuevas reglas de operación y el replanteamiento de prioridades del gobierno federal, encontrándose en contracción desde junio del año pasado y a la fecha se han perdido 28 mil 448 puestos de trabajo, de acuerdo con datos del propio gobierno federal (Inegi).
Aun así, Ramírez Leal reconoció el esfuerzo hecho por la gobernadora promoviendo la participación de empresas locales en la obra pública: “sabemos que hay grandes oportunidades para que esto mejore”, dijo.
En sus cuatro años de gobierno, citó la gobernadora, se han construido más de 4 mil 669 obras, cuyos detalles y seguimiento se encuentran el portal www.tuobra.mx pero puntualizó que en ellas se han invertido más de 20 mil millones de pesos, destacando el programa de reconstrucción carretera en al que se han destinado alrededor de 7 mil millones.
IV
Desde principios de este año se instalaron en todos los estados del país las llamadas Mesas de Seguridad (para la reconstrucción de la paz), en las que participan autoridades federales, estatales y municipales, así como las fuerzas armadas y representaciones ciudadanas.
Cada día, a las seis de la mañana en la Ciudad de México, se lleva a cabo una reunión del presidente con los responsables de la seguridad en el ámbito federal. Allí se conoce el reporte diario de lo sucedido en la víspera y se ordenan directrices para atender los casos más apremiantes.
Los responsables de los órganos de inteligencia también están presentes en estas reuniones.
Si hay estrategia y coordinación, si hay personal, armamento, vehículos, equipamiento; si ya está operando la Guardia Nacional cualquiera supondría que en un año, se ha tenido tiempo suficiente para que eso se refleje en un decremento en el accionar del crimen organizado, en los delitos de alto impacto.
Y sin embargo, las cifras, lejos de bajar, han subido.
La que corre ha sido otra semana negra en Sonora. Desde el domingo se han registrado hechos graves en Empalme, Cajeme y Guaymas, sobre todo, pero también en otros municipios donde quizás no tienen tanta cobertura mediática.
Es inútil y desgastante atrincherarse en posiciones políticas para repartir culpas entre uno y otro nivel de gobierno, dependiendo del signo partidista de las administraciones. Se supone que en las mesas de seguridad participan todos y por ende, todos comparten responsabilidades.
El próximo 14 de octubre, el presidente Andrés Manuel López Obrador presentará un informe sobre lo que se ha hecho hasta ahora en materia de seguridad. Él mismo ha reconocido que los datos disponibles no son halagadores.
Quizás sea hora de replantear muchas cosas en el renglón de la seguridad pública, evaluar seriamente lo que ha funcionado y lo que no; dar un golpe de timón y comenzar a mostrar resultados, no tanto por lo que esto puede significar en términos de mantener cargos públicos y mandos policiacos, de inteligencia o militares, ni por la legitimidad de los abrazos a los que no parecen responder los malandros, sino porque al igual que en sexenios anteriores, el territorio nacional sigue manchándose de sangre.