Berta Ruiz Batriz siempre ha tenido una gran habilidad para las manualidades y gracias a ello ha logrado crear desde bolsas, tejidos, servilletas, muñecas y hasta casitas de madera para pajaritos.
Desde hace dos años comenzó con la fabricación de unas curiosas casas de madera especial para las aves, aunque sus clientes las adquieren también solo como adorno.
La señora de 77 años tomó la idea de la amiga de una hija en Ensenada, pero ella misma ha creado diseños y buscado imágenes en Internet para cortar la madera, pegarla hasta formar una casita que ella misma pinta y decora.
“Una vez fuimos con una amiga de mi hija, salimos al corredor y llenito tenía de casitas y dije ‘así voy a hacerlo yo’, me traje fotos y empecé a hacerlo hace dos años, veo la casita y le saco las medidas, las paso al cuaderno y de ahí las copio a la madera”, dijo.
Berta no sabía mucho de carpintería, aunque un hijo de ella se dedica a la fabricación de muebles, ella solo adquirió algunos aparatos y comenzó a crear estas bellas y coloridas casas.
“Toda la vida he hecho muñecas, bolsas de mano, bolsas bordadas de listón, de lentejuelas, artículos y adornos de Navidad, servilletas, tejidos y ahora me dio por hacer las casitas”, platicó.
TERAPIA
Más que un negocio, Berta ve esta actividad como una terapia, pues aunque a veces no venda sus creaciones, ella continúa con su elaboración, y su colección asciende a más de 60 casas de distintos tamaños, formas y colores.
“A veces me da por no hacer nada en una semana, si me compran, vendo, pero si no, no pasa nada, lo hago porque me gusta, llego hasta cortar cinco casitas al día, al otro las pego y las pinto”, mencionó.
Su día inicia antes de las 05:00 horas, se levanta y riega sus plantitas, prepara desayuno y comienza a trabajar con las casitas toda la mañana hasta que llega la hora de comida y después de descansar, continúa con su labor.
Su vivienda está ubicada en la colonia Villa de Seris, las casitas adornan además de su jardín, una pared donde cuelgan más de 60, además de utilizar algunas con pedestal para llamar a pajaritos a que coman.
Aunque sus hijos y nietos le han querido ayudar, ella prefiere trabajar sola, pinta las flores, pajaritos y distintos diseños para terminar su obra que ha llegado a ranchos, casas y jardines de otras personas.
Fuente: Imparcial.