En la segunda jornada el foco de atención se lo llevó el homenaje al gran realizador norteamericano John Carpenter quien recibió el preciado trofeo del Carrosse d’Or por su carrera y ofreció una plática sobre su trayectoria, esto dentro de la Quincena de Realizadores.
Al terminar la gala de inauguración y la película de Jarmusch en competición la que la siguió en esta misma sección fue la producción brasileña Bacurau que resultó toda una decepción.
Único filme latinoamericano en competencia, esta tercera obra de Kleber Mendonca Filho era esperada con mucho interés ya que su filme anterior Aquarius estrenado igualmente aquí 2015 había causado muy buena impresión.
Me temo que esto no es el caso esta vez. Codirigido y coescrito con su regular escenógrafo, Juliano Dornelles quien por vez primera incursiona en la realización, Bacurau dejó la impresión de una cinta donde tanto los motivos que componen el guion como la realización dejan mucho que desear. De lo que uno pudo comprender o mas bien suponer a lo largo de sus excesivos 140 minutos de duración se antoja como una parábola sobre el poder y la corrupción de los políticos. Uno de los problemas que afectan justamente la película es que esto queda mas o menos claro en los últimos diez minutos de la trama. Durante el resto del tiempo uno hace un considerable, pero no fructífero, esfuerzo para entender porque el pequeño pueblo de Bacuaru perdido en la inmensidad del país se encuentra a la mira de un grupo de mercenarios capitaneados por el conocido actor aleman Ugo Kier –se trata de una coproducción de Brasil y Francia- que tiene como objetivo acabar con sus habitantes y de hecho borrarlo del mapa. La situación da un drástico revés cuando los habitantes apoyados por un grupo armado local -una referencia lejana diría a uno a los famosos cangaceiros del siglo pasado, campesinos levantados en armas contra los latifundistas- logran exterminar a los mercenarios revelando de paso la conexión que tienen con un líder político local quien quería eliminar a los pobladores y quedarse con sus tierras.
Por desgracia nada es claro y tampoco definido a todos los niveles. La buena y afamada actriz Sonia Braga se encuentra de nuevo entre el elenco de la película después de la excelente impresión que había dejado en el papel protagónico de Aquarius.
Otras producciones latinoamericanas que figuran en otras secciones del certamen como aquella de la Semana de la Crítica (SIC), reservada a primeras y segundas películas, parecen, a nivel de contenido por lo menos, ser más prometedoras. Entre los siete filmes en competición de esta sección figuran dos de Latinoamérica, Nuestras madres, primer filme del guatemalteco César Díaz y Ceniza negra, el debut de la costarricense Sofía Quiroz Ubeda, mientras que el colombiano Franco Lolli regresa con Litigante a la SIC donde fue revelado en 2014 con Gente de bien.
El jurado internacional de la SIC que será llamado a premiar la mejor película esta justamente presidido por el laureado realizador colombiano Ciro Guerra (El abrazo de la serpiente que llegó hasta el Oscar).
De lado mexicano, el día fue marcado por la presentación en Cannes Clásicos de Los Olvidados, de Luis Bunuel, en copia restaurada por la Cineteca Nacional y la Filmoteca de la UNAM con el apoyo de Televisa mientras que Variety, la “biblia’ de la industria cinematográfica, anunció a través de un detallado articulo la adquisición para ventas mundiales por la poderosa compañía alemana Match Factory de Noche de fuego con la que la talentosa documentalista nacional Tatiana Huezo (Tempestad) incursiona en el terrreno de la ficción. La película que está terminando de rodarse es producida por Nicolás Celis (Roma, de Alfonso Cuarón) y Jim Stark, con una larga trayectoria internacional donde destacan justamente varias peliculas de Jim Jarmusch.
Fuente: El sol de Hermosillo.