Internacionales

Increpan a los reyes de España por catástrofe en Valencia

La policía tuvo que intervenir, incluso con algunos agentes a caballo

Armando G. Tejeda, corresponsal
04 de noviembre de 2024 07:12
Madrid. Con bolas de lodo y gritos de ¡asesinos!, los vecinos de Paiporta –uno de los pueblos más afectados por las lluvias torrenciales en Valencia y donde se estima que hay más de 100 fallecidos– recibieron a la comitiva oficial encabezada por los reyes Felipe VI y Letizia y los presidentes del gobierno español y valenciano, Pedro Sánchez y Carlos Mazón, respectivamente.

¡Nos han dejado solos!, gritaron ciudadanos encolerizados por la falta de alertas antes del golpe de la depresión aislada en niveles altos (DANA), con tormentas que el martes pasado arrojaron una cantidad de agua equivalente a la que cae en un año, que hasta ayer había dejado 216 muertos, unos mil 900 desaparecidos y una gran devastación.

En esta protesta sin precedente, la mayoría de los insultos fueron dirigidos al presidente Sánchez, quien fue sacado por su equipo de seguridad. Los guardaespaldas abrieron paraguas para proteger a los monarcas y a los funcionarios mientras la gente les lanzaba lodo.

La policía tuvo que intervenir, incluso con algunos agentes a caballo, para mantener a raya a cientos de personas, muchas de las cuales blandían palas y palos.
Visita exprés

El objetivo de la visita oficial era que los reyes Felipe y Letizia estuvieran con los damnificados en el epicentro de la tragedia, pero a los pocos minutos de arrancar el recorrido empezaron los insultos y el lanzamiento de bolas de lodo, piedras y otros objetos, lo que precipitó la suspensión de la visita, así como la cancelación de la gira a una segunda localidad, Chiva.

Con gritos de ¡asesinos!, ¡traidores!, ¡hijos de puta! y ¡fuera!, los ciudadanos indignados provocaron el nerviosismo en la comitiva oficial, que finalmente se dispersó, lo que siguió la salida del lugar de Sánchez, quien fue escoltado hasta su vehículo oficial y una vez dentro fue cercado por vecinos que arremetieron contra el auto a patadas, con palas de arar la tierra y con los propios puños.

El vehículo resultó dañado y con algunos cristales rotos, mientras el resto de la comitiva oficial era repudiada con el lanzamiento masivo de bolas de lodo.

Tras verse obligado a buscar protección, Felipe VI, con manchas de barro en el rostro y en su impermeable negro, permaneció tranquilo e intento hablar con algunos residentes. Lo hizo con varios. Se sabía y nadie hizo nada por evitarlo, le reclamó un joven. Una mujer se acercó a la reina, y le dijo: Tú tienes de todo, agua, de todo, y nosotros nos hemos quedado sin nada y nadie nos ayuda.

Otros lugareños explicaron que esto no es contra ustedes, es contra Sánchez y Mazón, que nos han dejado vendidos.

Imágenes en Internet mostraron a la monarca llorando mientras abrazaba a algunos residentes. Su pelo y cara tenía restos de barro.

Hay que entender el enfado y la frustración de muchas personas por lo mal que lo han pasado, dijo Felipe VI más tarde en una reunión en el centro de coordinación de las tareas de rescate.

Sánchez, por su parte, compareció unas horas después para expresar su rechazo a cualquier tipo de violencia y advertir que el principal objetivo es salvar vidas, recuperar los cadáveres de quienes hayan podido fallecer por esta tragedia y empeñarnos en reconstruir.

El último reporte de fallecidos por las lluvias torrenciales se elevó a 216, la mayoría en Comunidad Valenciana –212–, tres en Castilla-La Mancha y uno en Andalucía. Y aunque la petición de ayuda sigue siendo un clamor en los pueblos afectados, el gobierno autonómico decidió decretar la limitación de movimientos ante el aviso de más tormentas a lo largo de la día; a pesar de la prohibición, miles de voluntarios decidieron saltársela y acudir a socorrer a los damnificados con agua, comida y herramientas para limpiar sus casas y calles.
Podría haber más víctimas en un estacionamiento

El alcalde de Bonaire, Guillermo Luján, informó que la Unidad Militar de Emergencias ya trabaja con buzos especializados en el estacionamiento de 5 mil 700 plazas que se encuentra totalmente inundado y donde se teme que haya víctimas mortales, ya que en el momento en que se ordenó su desalojo inmediato había unas 700 personas. Lo que vamos a encontrar ahí puede ser desolador, reconoció el alcalde al borde de las lágrimas.

La rabia va en aumento tras la incapacidad de las autoridades para responder ante la tragedia, provocada en parte por el cambio climático. La limpieza del barro y los escombros la realizan, sobre todo, miles de residentes y voluntarios.

Medios locales reportaron anoche una posible implicación de grupos de extrema derecha. Algunos manifestantes llevaban camisetas con símbolos de organizaciones de ultraderecha. No nos vamos a desviar pese a lo que pueda suceder con algunos violentos absolutamente marginales, aseguró Sánchez, al referirse a los incidentes y a la necesidad de reparar los daños causados por la riada.

Al cierre de la edición, se reportaban fuertes lluvias en Tarragona y Cataluña, por lo que suspendieron las clases en esa zona este lunes.