Alonso Urrutia y Emir Olivares
13 de agosto de 2024 07:10
Como parte del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza) instrumentado a lo largo de la ruta del Tren Maya, se realizó “uno de los hallazgos más notables que hemos tenido gracias a la investigación arqueológica, tanto de salvamento como de mejoramiento de zonas arqueológicas: la recuperación de un tablero glífico que se localizó en una aguada muy cercana a la estructura Nohoch Mul en Cobá, Quintana Roo”, anunció el director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Diego Prieto Hernández en la conferencia mañanera del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Mediante un video difundido en la conferencia presidencial, el instituto dio a conocer pormenores de la relevancia de este hallazgo que se encuentra a unos 160 metros del Nohoch Mul,considerado el edificio maya más alto de la península, construcción que en la espesura de la selva permitía lograr un dominio visual del entorno.
Se trata de un panel compuesto por 123 cartuchos jeroglíficos, en una extensa inscripción en forma de ele, de poco más de 11 metros cuadrados, esculpidos directamente sobre la roca.
Un estudio epigráfico preliminar indica que las inscripciones hacen referencia a la fecha de fundación del pueblo Keh Witz Nal o Montaña del Venado, correspondiente al 12 de mayo del año 569 de nuestra era.
Por medio de investigaciones realizadas se desprende que se logró reconocer el nombre de un soberano, K’awiil Ch’ak Chéen, personaje identificado por primera vez, logrando así llenar un vacío en la secuencia dinástica de Cobá.
El INAH informó que esto permitió confirmar que en su momento muchos de los gobernantes adoptaron el nombre del dios K’awil, lo cual les confería sus atributos como deidades protectoras del lugar.
“La escritura en el panel de roca enlaza eventos del tiempo histórico con el pasado mítico, refiere a un conjunto de dioses tutelares que fundaron Cobá, como Bolón Tz’akab Ajaw, Señor de las Innumerables Generaciones, encargado de las fundaciones de las dinastías del maíz y del cacao”, puntualizó el INAH.
A partir de este hallazgo, como parte del Promeza, se implementaron acciones de protección y recuperación del tablero, como la restauración con inyección de rellenos de morteros de cal con el fin de dar resistencia interna a la roca, la cual presenta oquedades exteriores por la acción estacional del agua sobre la piedra.
Fuente: la jornada