Espectáculos

Los Ángeles Negros dan cátedra de amor en época de tumbados y reggaetón

Es algo que no se sabe, pero se intuye: a las 19:05 el corazón de todos ellos late más fuerte cuando Jhonny Antonio Saavedra, voz central y una de las tres que acompañarán la velada, interpreta: “Ayer preguntaron por ti, ¿qué pasó?, ¿es que todo terminó?”

Las comparaciones pueden ser odiosas, pero no por ello dejan de ser ciertas.

De eso están convencidos los 3 mil asistentes al concierto que ofreció la agrupación Los Ángeles Negros en el Teatro Metropólitan la noche de ayer.
En pleno 2024, a 57 años de haber sido fundada.
La mayoría de los asistentes no tienen esa edad cumplida, o acaso eran niños. Pero están, claro, los octogenarios comprometidos, descendiendo de las largas caminatas siendo apoyados en silla de ruedas o a paso lento.

Es algo que no se sabe, pero se intuye: a las 19:05 el corazón de todos ellos late más fuerte cuando Jhonny Antonio Saavedra, voz central y una de las tres que acompañarán la velada, interpreta: “Ayer preguntaron por ti, ¿qué pasó?, ¿es que todo terminó?”.

Todos gritan: “Yo le tuve que deciiir, que ya todo terminóóó”.
Para la presentación en la Ciudad de México, que continuará con una gira por Estados Unidos, la banda se exigió un escenario vibrante: lucía un cuarteto de cuerdas, un coro femenino a cuatro voces, un nuevo director, los músicos habituales y sus tres voces.

Esa es la primera comparación obligatoria. Jhonny se incorporó en 2001, Emilio José Araya y Jaziel Muñoz en 2023. Y todos hacen pensar en Germain de la Fuente, fundador que salió en los 70 pero no lo hizo, pues su inconfundible timbre suena en las voces.

Todos vibran con el fantasma de Germain, y a la vez no. Porque Jhonny tiene su firma propia en los altos, Emilio en los matices y Jaziel, el más ovacionado por momentos, la fuerza vocal de pocos intérpretes.
Los tres se lucen intercalando espacios en los siguientes temas: Emilio canta: “Nunca, nunca, vida mía, pienses eso. Que mi amor por ti de pronto ha terminado” (Amor por ti); Jaziel: “Me lo dicen tus manos al verlas temblar. Que tu partida es corta, que tú volverás” (Volverás). Jhonny remata con un clásico: “Quédate sentada donde estás. Hasta el final de la canción como si nada” (“Debut y despedida”).

Para ese momento, pasada la hora de concierto, el público se entrega en aplausos y vitoreos a esa fusión de bolero y balada en arreglos precisos protagonizados por un gran bajo, potentes guitarras eléctricas y esa sensación nostálgica y etérea del órgano Hammond.

Quien hace las pausas es Johnny: el que bromea sobre lo bueno que es amar y también “desamar”, el que pide una dedicatoria para “las tóxicas” mientras interpreta “¡Mientes, mientes, mientes! ¡Eres mujer!” (“A la mujer que tanto amé”).

Fuente: EL UNIVERSAL