CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Las relaciones entre integrantes de los cuerpos técnicos y las jugadoras es un problema en los clubes de la Liga MX Femenil que las diferentes directivas no han podido contener para evitar conflictos entre las futbolistas, pero, sobre todo, el abuso de poder y el acoso sexual que ejercen quienes tienen a su cargo la formación deportiva y mental de las deportistas.
Algunos miembros de los cuerpos técnicos –sin importar si son hombres o mujeres– han rebasado los parámetros de la ética, pues se relacionan de manera indebida con las jugadoras, algunas de ellas menores de edad: organizan fiestas o salidas a antros donde fraternizan y consumen cantidades excesivas de alcohol, y mantienen ese tipo de relaciones que se traducen en tener minutos de juego pese al bajo rendimiento deportivo, lo cual genera descontento entre otras futbolistas que no están de acuerdo con prácticas de ese tipo.
Lo peor es que, cuando alguna se anima a reclamar, se gana la enemistad de sus compañeras y del cuerpo técnico, que tiene el poder de decirle a la directiva que despida a las jugadoras que le resultan incómodas o de congelarlas en la banca hasta que concluyan sus contratos.
La información contenida en este reportaje fue recabada mediante testimonios de integrantes de diferentes cuerpos técnicos y jugadoras, quienes, para evitar que las despidan, solicitaron no ser mencionadas por su nombre. Pero todas están debidamente identificadas y grabadas.
Pese a que algunos de los actos indebidos se cometieron a la vista, los equipos no los hicieron públicos y simplemente decidieron destituir a los infractores sin explicar las causas. Tampoco se mencionarán los nombres de las futbolistas que han incurrido en esos actos. Su identidad será resguardada a petición de quienes las señalaron.
Lo que recientemente ocurrió en la Selección femenil Sub-20, con la destitución del preparador físico Roberto Melville, por parte de la Federación Mexicana de Futbol (FMF) por “actitudes indebidas”, es una práctica que ocurre en la Liga MX Femenil que acaba de cumplir cinco años.
Aunque el organismo deportivo negó que existiera acoso sexual, de acuerdo con los testimonios, Roberto Melville hostigaba a una de las mediocampistas con mensajes en los que se refería a ella como “mamacita”; él le propuso a la jugadora, de 19 años, tener una relación de pareja pese a ser su superior jerárquico, y le enviaba las alineaciones antes de los partidos para que viera que ella estaba en el once titular.
Los gestos de grooming (coquetear, ablandar, domesticar) de Melville hacia la jugadora ocurrían también frente a otras futbolistas e integrantes del cuerpo técnico y del personal de la FMF –hombres y mujeres– que dejaron pasar esos hechos.
De acuerdo con una fuente consultada por Proceso, que forma parte del staff de la federación, tanto Melville como el auxiliar Miguel Razo y el entrenador de porteras, Guillermo Vázquez, solían “bromear” con comentarios de “doble sentido” a las jugadoras, cuyo rango de edad va de 17 a 19 años.
Fuente: Beatriz Pereyra