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José, el hombre que halló a su hijo en una fosa clandestina y cómo lo estafó una persona con 20 mil pesos que prometió ayudarlo

El hombre de 56 años residente de la colonia San Miguel indicó que fue un domingo del mes de agosto del 2020 cuando desapareció su hijo de nombre Francisco de 23 años quien trabajaba como conductor de taxi.

NOGALES.-José quien encontró los restos de su hijo en una fosa clandestina narró el sufrimiento que pasó y las dificultades incluso al ser estafado con 20 mil pesos en medio del dolor por una persona que le prometió encontrarlo.

El hombre de 56 años residente de la colonia San Miguel indicó que fue un domingo del mes de agosto del 2020 cuando desapareció su hijo de nombre Francisco de 23 años quien trabajaba como conductor de taxi.

“Salió a trabajar el sábado y no regresó a casa y al siguiente día domingo encontraron el taxi que traía quemado por allá en el Recinto Fiscal y de ahí en adelante comenzó el calvario para mi y mi familia.

“Empezamos a buscarlo por todas partes, pasaron los días y en la desesperación por encontrarlo una persona nos habló y nos aseguró que ella tenía información y que nos podía ayudar a encontrar a mi hijo”, relató.

Se trataba de una persona que les pidió 20 mil pesos para “ayudarles”, y como pudo, pidiendo prestado consiguieron 5 mil ese día los cuales fueron depositados en una cuenta bancaria, pero el estafador pidió todo completo.

“Mi familia apurada cooperaron y con amigos y conocidos logramos completar los 20 mil y los mandamos a quien aseguraba saber donde estaba mi hijo, pero luego ya no supimos nada, nunca más nos contestó las llamadas”, narró.

Los días y las semanas pasaron y José se unió a un colectivo de buscadoras y así un día del mes de octubre pasado, en la parte posterior del sector conocido como Capillas de la Santa Muerte encontró los restos de su hijo.

“Lo identifiqué por su camisola que tenía grabado su nombre y por los tenís, de inmediato supe que se trataba de mi querido hijo, luego vino el proceso de la prueba del ADN y a los meses me confirmaron que sí eran los restos de Francisco”, comentó.

Para José la amarga experiencia de meses de sufrimiento lo marcó de por vida, ahora sigue siendo integrante de un colectivo de buscadoras porque conoce el dolor de las personas que tienen a un familiar desaparecido.

“Antes escuchaba en las noticias sobre desaparecidos y no pasaba nada por mi mente, pero con la experiencia de mi hijo todo cambió para mí, conocí en carne propia la angustia y ese sufrimiento que no se calma con nada.

“Ya los restos de mi hijo fueron cremados y tengo sus cenizas para llorarle, algo que da cierta paz, por eso sigo en el colectivo de buscadoras para tratar de encontrar desaparecidos y llevarle algo de tranquilidad a las familias que hoy sufren”, dijo.

Fuente: Manuel Jiménez