Dicen que no hay candidato perfecto, para muchos, Luis Donaldo Colosio en México, era lo más cercano, sin embargo su filiación priísta le quitaba los ropajes de perfección; Luis Carlos Galán en Colombia fue otro que rayaba la “perfección” política, sin embargo muchos lo tacharon de ser un hombre sumamente idealista, sin medias tintas, y con vasto aferramiento a sus ideas, lo que evidentemente le complicó su carrera porque dejaba de lado las negociaciones policías.
En Sonora tenemos tres candidatos que se aprestan para cómo los favoritos para pelear la gubernatura, en este despacho analizaremos sus negativos. Todos los tienen.
Iniciamos con el candidato de Movimiento Ciudadano, Ricardo Bours Castelo; Él ha navegado por la política como un hombre sumamente arraigado a su terruño, hasta ahora, no conocía el Estado, pues su estatus económico lo había orillado a no tener necesidad de conocer las necesidades de los sonorenses.
Lo tachan de fifi, y a pesar de que fue Alcalde de Cajeme su trayectoria no es tan vasta como para suponer experiencia de sobra. Negociador sí, político sí, pero su más grande negativo es que es una persona que por su mismo estatus no conecta con las masas, su figura repele la ya de por sí desconfiada ciudadanía, esa que todo lo que huela a “ricos” es sinónimo de corrupción, aunque no aplique en otros los casos.
No es un orador nato, y su mensaje no terminó por permear en la precampaña.
Mientras que Alfonso Durazo Montaño, trae consigo el estigma de que su vida productiva la hizo fuera de la entidad, y que más allá de sus esfuerzos por alcanzar ciertos puestos de elección popular marcando samba a su paso por el Estado, no puede evitar que lo sigan cuestionando por un supuesto desarraigo, algo que en términos prácticos no permeará como quisieran sus adversarios.
Sin embargo, el negativo que definitivamente no se podrá quitar de encima, es su paso por la secretaria de seguridad pública, donde desgraciadamente para sus aspiraciones, fue la época en que más se incrementarían los asesinatos dolosos o en el país. Aunque siendo justos, así como que la culpa es total de Durazo, tampoco, pero la responsabilidad que ostentaba, le cobrará factura indiscutiblemente.
No es un orador nato, y aunque su equipo De creativos ha intentado por todos los ángulos resaltar sus cualidades, no han podido encontrar la magia que los lleve a ese punto.
El hermosillense Ernesto “Borrego” Gándara por naturaleza tiene en su ser el más señalado negativo como político, sobre todo para la sociedad sonorense, y es que desde inmemoriales épocas el sonorense promedio es un tipo entrón, de voz golpeada, echado pa delante, de esos que no se dejan pues.
Y Gándara Camou ha navegado su vida política a la sombra de los grandes jerarcas priístas, bajando la frente cada vez que recibía llamadas para decirle que simple y sencillamente él, no era el elegido.
Su otro negativo innegable? Sí muy fácil, será la cabeza del Prian, una alianza que para muchos nació muerta por la compostura entre la derecha recalcitrante y una ideología perdida. Esa receta terminó de empachar a los que lucharon toda su vida contra los que ahora son sus amigos.
Su oratoria no es mala, pero está impregnada del viejo régimen priísta, ese que para muchos debería haber desaparecido.
Para todos, sus negativos serán áreas de oportunidad, habrá que que ver si tienen la capacidad para darles un vuelco a su favor y en ese contexto, se verá quién tiene más capacidad de lograrlo.
En estas elecciones que serán a tópicas sobre todo, lo necesitarán.
Fuente: Jesús Olivas Figueroa