Por espacio de 10 minutos, la gobernadora Claudia Pavlovich Arellano acudió al funeral de los integrantes de la comunidad mormona que fallecieron en un ataque armado el pasado lunes en la Sierra de Bavispe.
Acompañada del secretario de Gobierno, Miguel Ernesto Pompa Corella y del secretario de Seguridad Pública, David Anaya Cooley, la mandataria entró al área donde se encontraba la familia a quienes dio el pésame por la tragedia y posteriormente salió del lugar.
Abordada por los medios de comunicación presentes en el sitio, manifestó que hay avances en las investigaciones del caso y en su momento se darán a conocer tanto a los familiares como a a la opinión pública.
"Después de una tragedia como esta lo mejor que les puedo ofrecer es que se haga justicia en colaboración con todos los niveles de Gobierno, por supuesto, dada la brutalidad de este crimen, está cobardía, estos monstruos como los he llamado.
"Y pues por otro lado, apoyo a las víctimas con tanatólogos y de sicología, porque va a ser muy complicado para los afectados", expresó.
Sobre el desarrollo de la investigación sobre los hechos violentos, afirmó que está en manos de la Fiscalía General de Justicia del Estado y será la titular de esta área de seguridad quien podrá dar informes, siempre y cuando no interfieran con el desarrollo de la indagatoria.
Apuntó que si bien la Fiscalía General de la República señaló que ellos no realizan la investigación del caso, conforme avance el proceso podrían colaborar para esclarecer los hechos
El día lunes nueve estadounidenses, tres mujeres y seis niños, fueron brutalmente acribillados por delincuentes cuando se dirigían a Chihuahua desde Sonora.
Steven Langford, que fue alcalde de la aldea de 2015 a 2018, espera que los asesinatos tengan un “importante” impacto en la comunidad.
En su día no pensaba en moverse por la zona en el medio de la noche, pero en los 10 o 15 últimos años la situación “empeoró y empeoró y empeoró”. Teme que alrededor de la mitad de los residentes puedan marcharse fuera.
Esto fue una masacre, 100% una masacre”, dijo Langford, que perdió a una hermana, Christina Langford, en la emboscada. “No sé cómo entra en la conciencia de nadie hacer algo tan horrible”.
Pavlovich recientemente enfatizó que por su parte hay coordinación entre las autoridades de Sonora y Chihuahua y con el Gobierno federal para entregar resultados pronto.
“Nos duele el corazón y nos llena de indignación la monstruosidad de ese crimen, gente inocente niños y mujeres que lo único que hacían era trasladarse a otro lugar”, dijo la mandataria.
El general Homero Mendoza, jefe del Estado Mayor de la Defensa Nacional, dijo el miércoles que la emboscada del lunes en la que murieron tres mujeres y seis niños, todos estadounidenses, comenzó a las 9:40 de la mañana, pero que las unidades del Ejército más cercanas estaban en la ciudad fronteriza de Agua Prieta, a unos 160 kilómetros (100 millas) de distancia.
Los soldados no partieron hacia la escena del ataque hasta las 2:30 de la tarde y llegaron a las 6:15, mientras cinco niños que habían sobrevivido se escondían en las montañas con heridas de bala.
“Hay zonas donde el Estado es muy frágil”, dijo Alejandro Hope, analista de seguridad de México.
El presidente Andrés Manuel López Obrador creó la militarizada Guardia Nacional, pero sus 70 mil elementos tienen que cubrir un extenso territorio
“El instrumento central de la política de este gobierno, que es la Guardia Nacional, no está donde debe de estar”, manifestó Hope.
Apuntó que los estados de Sonora y Chihuahua, que tienen una extensión conjunta de 420 mil kilómetros cuadrados (160 mil millas cuadradas), sólo tienen 4 mil 100 efectivos de la Guardia Nacional estacionados allí, alrededor de un agente por cada 100 kilómetros cuadrados (40 millas cuadradas).
Fuente: Imparcial.