El mes pasado en dos hechos desafortunados ocurridos a unos 130 kilómetros de distancia uno del otro y con 10 días de diferencia, una niña y una joven fueron víctimas de balas perdidas, algo que en una fracción de segundo cambió sus vidas para siempre.
En Guaymas, Andrea Sarahí, quien es conocida como una niña aplicada en la escuela, deportista y alegre, vivió un momento difícil el pasado 19 de octubre al atravesarle una bala perdida en su espalda y dañar su vejiga e intestinos.
La menor de 12 años de edad recibió un impacto de bala al registrarse un ataque armado contra un taxista en la calle 11, entre las avenidas 2 y 3, en la colonia Yucatán, del municipio porteño.
Según Guadalupe Boydo Yépiz, su hermana, quien cursa el primer grado en la Escuela Secundaria Abelardo L. Rodríguez, en el momento de la agresión armada se encontraba frente a su domicilio tomándose fotos con otros niños.
"Mi hermana al escuchar la balacera se asustó mucho y lo que hizo fue correr, no se tiró al piso como los demás niños que estaban con ella y quedó justo en medio del ataque, ahí fue cuando la bala la atravesó", externó.
La pequeña guaymense desde ese día permanece internada con un estado de salud delicado, y en dos ocasiones ha sido trasladada a la ciudad de Hermosillo para brindarle una atención más especializada.
Aunque está consciente y trata de mantener un buen estado de ánimo para que su madre, quien se encuentra a su lado las 24 horas del día, no decaiga, su vida no es la misma.
"A Sarahí le pusieron dos bolsas, una para drenar la orina y otra para el excremento, la niña tiene dañada su vejiga y también los intestinos, y por si fuera poco hace poco se le infectó la sonda y tuvieron que llevarla otra vez a Hermosillo", comentó.
Antes de estos hechos, la madre de Andrea Sarahí y Guadalupe Boydo Yépiz, era la que sostenía el hogar, pero renunció para irse a cuidar a su pequeña y ahora depende de la ayuda que le proporcionen sus familiares o la sociedad.
TODO FUE RÁPIDO
La menor, que está embarazada de 5 meses, relató que se encontraba caminando en la plaza del Campo 5, poblado donde vive, cuando se escucharon ráfagas de arma de fuego cerca y no supo ni de donde le llegó la bala.
Al resultar herida fue trasladada de emergencia a recibir atención médica al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), donde tras complicaciones le tuvieron que amputar la extremidad afectada por el proyectil, comentó.
Se encuentra preocupada por su situación y por cómo saldrá adelante, comentó, ya que su madre es invidente y actualmente no cuentan con un lugar propio donde vivir, porque la vivienda donde residían hasta hace un par de meses fue demolida por cuestión de seguridad.
Solicita apoyo de la ciudadanía, ya sea monetario o en especie, pues ocupará asistir a terapia dos veces por semana a Obregón y no cuenta con dinero, además de materiales de curación, despensa, ropa, medicamentos, entre otros.
"En mi familia somos seis, mi mamá, mis dos hermanas, dos sobrinos y yo, lo que más necesitamos es un lugar donde vivir, ahorita estamos con una tía hechos bola, y tenemos un terreno pero no tenemos como construir algo, con lo que las personas puedan ayudarnos es bien recibido", enfatizó.
Fuente: Imparcial.