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'Cookie' y 'Chaparro', dos alegres mascotas mueren envenenadas.

Ambos habían sido rescatados de la desgracia del abandono hasta que una persona decidió envenenarlos.

“Cookie” y “Chaparro” vivían una historia que pocos perros experimentan. Ambos habían sido rescatados de la desgracia del abandono por Eduardo Rodríguez, quien les ofreció un hogar, hasta que una persona decidió envenenarlos.

Murieron lenta y dolorosamente, relató Eduardo Rodríguez, quien el pasado fin de semana encontró a “Cookie” aún con vida, pero en agonía, sin saber que había sido envenenada.

El pasado viernes 18 de octubre, mencionó, llegaron él y su esposa a casa después del trabajo a las 20:00 horas y notaron que “Cookie” tenía complicaciones de salud.

“Y se empezó a convulsionar, entonces la subí al pick up y corrimos al veterinario, el cual luego, luego bajo su experiencia nos indicó que venía intoxicada”, narró.

El veterinario le explicó que “Cookie” sólo consumía croquetas y no salía de casa, pero le comentó que se nombró intoxicación al envenenamiento, porque no sabía con precisión cuál fue la sustancia ingerida.

“Llegamos del veterinario, le puso una inyección, me dijo que ya no se podía hacer nada y pues la perrita ya murió intoxicada con el veneno aquí en la casa”, expresó.

Inmediatamente revisó las cámaras de su casa para saber si alguien la había envenenado desde afuera y su sorpresa fue cuando se dio cuenta que quien lo hizo fue un vecino.

“En una de esas me doy cuenta que cae un objeto, hago el aumento de la cámara y era como un rollito, como tipo un tubito así (señala), como color café con carne o un hueso y el perro lo agarró y empezó a masticarlo.

“Para eso no nos habíamos dado cuenta nosotros que el otro perro estaba muerto, porque estaba en el lado opuesto de la casa, cuando nos llevamos a la perra”, mencionó.

Eduardo Rodríguez mencionó que no les permitieron sepultar a sus mascotas, debido al riesgo que corren por no saber con exactitud de qué veneno se trata, por lo que tuvieron que deshacerse de ellos en el basurón.

LE GANA LA TRISTEZA

Con lágrimas en los ojos, Eduardo consideró cruel envenenar a un par de perros que estaban dentro de una propiedad bardeada, sin molestar o agredir a nadie

Debido al dolor que le generó la pérdida de las mascotas que eran parte de su familia, Eduardo decidió interponer una denuncia ante el agente del Ministerio Público del Fuero Común.

A la fecha ya existe un proceso legal, aseguró, que busca justicia por el envenenamiento de sus dos mascotas, las cuales murieron en un lapso de dos horas desde que probaron la sustancia que les lanzaron.

Fuente: Imparcial.