Mire usted, el Secretario mandó a hacer un "Pato" gigante, muy llamativo para los niños eso sí, pero una clara muestra que los designios de la Gobernadora de ponerse a trabajar y dejar de lado los intereses personales y olvidarse de gastar dinero del erario público, al "Pato" le importó poco.
De Lucas Hopkins no ha entendido que su gestión en la Secretaría de Educación ha sido tan enclenque que sus aspiraciones de navegar rumbo a alguna candidatura, no llegarán a buen puerto. Es más, me atrevo a pensar que su desesperación será precisamente su verdugo, y eso ha ocasionado el estallamiento de ocurrencias como la del "Pato" gigante de plástico que mandó a Bahía de Kino y a la zona rural de San Pedro el Saucito para vestir el evento oficial "Splash de la Educación".
Abiertamente, es más, descaradamente el "Pato" empezó su campaña, su propia campaña, su posicionamiento positivo está cuesta arriba, su trabajo no le ha ayudado mucho y ahora empieza a sacar raja del presupuesto que debería estar destinado para la educación de primer nivel y no para ensalzar y enaltecer la imagen de políticos que intentan zafarse el lastre que ellos mismos se han provocado.
No debería quedar impune lo que Ernesto de Lucas hizo, pues por ningún lado le encuentro sentido a ese "Pato" gigante, ninguna que tenga que ver con la intención del Splash de la Educación, pero sí todo lo que tiene que ver con resaltar la imagen del Secretario de Educación.
Me parece que Ernesto no midió las consecuencias de su ocurrencia, pues ahora las críticas están sobre su espalda, los señalamientos no cesarán y el gasto innecesario que evidentemente salpicó durante su "Splash", deberán ser justificados.
¡Ah que Secretario!, de verdad que no ha entendido que la mandataria Claudia Pavlovich quiere funcionarios de tiempo completo, honestos, que tengan el cinturón bien apretado y que den resultados, Ernesto de Lucas carece de varios atributos. Seguramente habrá jalón de orejas.
CEDH
El Presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, Raúl Ramírez reviró un artículo periodístico que aseguraba que ganaba más de 250 mil pesos al mes.
Quejoso en su retórica, reprochando a los medios su "mala intención" al informar, expuso que esa columna estaba basada en el mes de diciembre, cuando los trabajadores reciben su aguinaldo y otros beneficios. Sin embargo, a pregunta expresa de un servidor, se negaba a responder cuál era su sueldo, al final aceptó que gana 93 mil pesos mensuales.
Si bien es cierto, otros ombudsman reciben hasta 150 mil pesos mensuales como el de Jalisco, en el contexto del país donde la pobreza extrema no baja los índices lacerantes, aceptó que la burocracia en general percibe mucho dinero.
Ramírez, claridoso como es, mencionó que el trabajo de la CEDH en Sonora está por encima del resto del país, y que su trabajo avala cualquier crítica que pueda tener, sin embargo, hay manchas en su camino que lo marcarán de por vida.
Y lo sabe, a pesar de los intentos de limpiar esa imagen, la "China" de Guaymas es un pasaje que no podrá resarcir tan fácilmente.
¿Y la Sauceda para cuándo?
Lo que otrora era un orgullo para los sonorenses, un espacio de esparcimiento familiar, y un pulmón de vasta importancia para los hermosillenses, hoy está en ruinas.
Ayer se quemó poco de lo bueno que quedaba, el fuego que consumió cerca de seis hectáreas aniquiló algunas cosas que aún eran rescatables.
En el sexenio pasado se le invirtieron 50 millones de pesos, ¿Dónde están? Quién sabe, no se notaron nunca.
La Sauceda debe ser rescatada, debe ser de nueva cuenta un icono para los sonorenses.
Inversión privada, de gobierno, bipartita, no lo sé, pero las autoridades deberían poner más atención en este asunto. Creo firmemente que nos hace falta, de por sí Hermosillo carece de este tipo de espacios dentro de la ciudad, desaprovechar uno es vergonzoso.
Listo...Dios los bendiga, cuide y proteja...
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